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PLOU es un
municipio de la provincia de Teruel situado a 104 Km al Norte de su capital, por las carreteras N-420 y C-222. Situado a 903 m sobre el nivel del mar, con 45 habitantes y 17,12 Km². Aparece en una llanura, desarrollado a lo largo de la carretera, que lo cruza. Con una temperatura media anual de 12,3° y 450 mm de precipitación anual.
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En un cerro contiguo al casco urbano
se encuentran los restos de la primitiva iglesia gótica
del siglo XVI
, herméticamente cerrados, dando un aspecto de fría solidez y de misterioso esoterismo.
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La iglesia parroquial de la
Santa Cruz, es barroca del siglo XVIII. Consta de tres naves, la
central cubierta por bóveda de medio cañon con lunetos, y de arista las
laterales. El curcero se cubre a su vez con cúpula y linterna. La portada
aparece escoltada por pilastras bulbosas y remata con hornacina y dos
ósculos, uno a cada lado. La torre campanario se alza a los pies, en el
lado de la epístola, y conta de dos cuerpos, el primero de piedra y el
segundo de ladrillo, éste con ángulos curvos. El interior de la iglesia,
que fue desmantelada en 1936, aparece profusamente decorada con estuco y elementos de rocalla.
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Los lavaderos
públicos son bastante originales en su estructura.
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A orillas de la carretera, en el
cabezo de San Jorge se encuentra la ermita de San
Jorge
, actualmente en ruinas, pudo ser iglesia y todavía se distingue su decoración de estilo renacentista.
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Cuenta con algunos
yacimientos arqueológicos de interés. El de San
Jorge
es un poblado asentado sobre un pequeño cerro, llamado Cabezo de San Jorge, donde se han excavado varias habitaciones (datadas posiblemente entre los siglos VIII-VII a.C.) que muestran un solo momento cultural en la primera Edad del Hierro. Según se puede leer en el Museo Provincial de Teruel, «sus cerámicas tienen semejanza con lo que Manluquer denomina "cerámicas de cuello cilíndrico"». Se encontraron cerámicas acanaladas, incisas y excisas.
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En el curso 1983-84, en Plou sólo quedaban tres niños y decidieron
cerrar las escuelas. Es evidente que el pueblo va a menos, pues de
los 498 habitantes con que contaba a principios de siglo tan sólo
quedan 66. Los inviernos constituyen un azote terrible y la soledad
se acentúa. Los pocos vecinos que aún resisten en el lugar están
deseándo que llegue el verano para que vuelva la animación perdida,
porque entonces regresan muchos de los que se fueron y lo hacen en
compañía de sus hijos y sus nietos.
El núcleo urbano se sitúa a resguardo del viento, al pie de un cerro.
El terreno es regularmente llano, alterado esporádicamente por algunos
relieves montañosos, que configuran las vales donde se extienden los
campos de labor. El cereal y el viñedo representan la mayor riqueza,
junto con la ganadería. Se cultivan también algunos huertos, aprovechando
el agua de algunas fuentes y balsas. En el primer caso, como fuentes principales,
hay que destacar la del Paraíso y la de la Mora.
El pueblo ocupa la llanura, acomodando sus edificios en gran parte a lo largo
de la carretera. Algunos lucen cons sus fachadas encaladas. En su mayoría
de mampostería. La Plaza aparece bien cuidada; la asfaltaron en el verano de 1982.
Dos años antes había llegado, al fin, una importante mejora, el agua corriente.
Las fiestas se celebran en agosto, en honor de San Roque.
Se organizan diversos actos populares. En lo religioso, nunca
falta el canto a la aurora, que despierta a los vecinos por la mañana.
Los auroreros, que así denominan a los que deleitan al vecindario con las
coplas del día, continúan fieles a la tradición.
Como otros tantos pueblos de la comarca, Plou peregrina en el mes de mayo a la
Virgen de la Aliaga, que tiene su ermita en Cortes de Aragón. Cada domingo
va un pueblo en romeria, y finalmente, en septiembre, acuden todos juntos a
celebrar la fiesta que llaman "El Sitio".
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El origen del topónimo es un tanto esquivo, pero según publicó Agustín Ventura puede vincularse con el bretón plou, equivalente a "parroquia".
Gentilicio: plorino.
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