El señorio de Huesa y su comunidad integró siempre a las siguientes aldeas: Anadón, Blesa, Cortes, Josa, Maicas, Muniesa, Plou y Sanchet
(situado entre Blesa y Moneva y posteriormente despoblado a partir del
siglo XIV). A las cuales se les uniría más tarde Segura y Salcedillo. En
1248 cuando Atrosillo recibe Huesca, ya se citan en el documento de entrega y, aunque no se detallan, es la primera cita documental que poseemos de ellas.
Las décimas y primicias que abonaban las localidades aragonesas en los años
1279 y 1280
, nos da una visión de la comarca durante esa época. Así en concepto de décimas, el vicario de Blesa recibía 14 sueldos, el de Maicas 12 sueldos y 3 dineros, el de Plou 11 sueldos y 7 dineros y el de Huesa once sueldos y tres dineros. No alcanzaban la cantidad requerida para tributar Anadón, Josa, Muniesa, Plenas y Sanchet. En cuanto a las primicias, Muniesa entregaba siete sueldo, Huesa cinco y cuatro dineros, Blesa cinco sueldos, Plou cinco, Moneva y Sanchet, juntos entregaban cuatro sueldos y siete dineros, Anadón cuatro sueldos, Maicas tres y Cortes tres. Las localidades de Segura y Salcedillo aparecen en ese momento perteneciendo a Cantavieja y que, junto a Las Parras, Val de Coneyllos y Coneyluello, eran del Temple. Sin que se sepa hasta ahora, por qué causa, compra o conquista se integraron en la Orden, ni cuántos años estuvieron dependiendo de la misma.
Montalbán, junto con otras
como Ariza, Huesa, Daroca, Calatayud, etcétera, habían mantenido siempre
unos firmes lazos de unión con la monarquía; sin embargo, en estas Cortes,
Pedro III pudo ver cómo gran número de lugares, incluso Montalbán,
considerada como de las más fieles, se incorporaba a la Unión, insistiendo en obtener
la confirmación de sus privilegios. Huesa del Común y sus aldeas se
adhirieron a la Unión el 19 de octubre de 1283
. Eran en aquellos momentos Garcias Alcaldus y Martinus Martinem de Agon procuradores del concejo de Huesa, Johannes y Martinus jurados de la villa y Michael de Camaras de Bielsa, Petrus, Dominici Petri de Momeça (Montmesa), Montes de Plou, Domingo de Salas de Cortes, Domingo de Valient de Maicas y Garcias Sobrinus de Anadón, procuradores del concejo de la villa de Huesa y de sus aldeas.
Tuvo en esta
época Huesa del Común una gran importancia y le fue concedido el derecho
de estar representada en las Cortes, cosa que, de Teruel, sólo acudían la
capital, su comunidad de aldeas, Albarracín, Alcañiz y Montalbán y
participó en todas las celebradas entre 1313 y
1327. Huesa tenía hasta jurados que la representaban,
además de tres vecinos en nombre de las aldeas. Concretamente en
1320
acudió con un jurado en nombre de los infanzones y dos en nombre de los labradores.
Existen documentos que detallan las
rentas de Huesa y sus aldeas en la época en que pertenecían al citado
Artal de Huerta, en el año 1315
concretamente. Los cristianos acostumbraban a dar tres mil sólidos por la fiesta de San Miguel y entregaban al bayle – el recaudador – igualmente cada año un vaso con plata que pesara diez onzas. Los moros tenían que entregar, también en la misma fecha, trescientos sólidos y XVI kafices de trigo y ordio, el tercio de los frutos del regadío, el cuarto de los frutos del alvar, el tercio de las uvas, nueces y azarollas, sendas cargas de leña cada mes los que tenían bestias y los que no las poseían sendos fajos, y las espaldas de los carneros para la Pascua. En el mes de marzo daban cada año de cada cabeza de ganado menudo y de cada colmena sendos dineros. De cada hornada de ollas los alfareros daban seis dineros. Vemos asi que los moriscos estaban muy cargados de impuestos.
En 1328, Alfonso IV
vendió Huesa y sus aldeas a Pedro de Luna, entregando el prelado
zaragozano la suma de 160.000 sueldos, cantidad que el rey invirtió en los
gastos ocasionados por sus segundas nupcias con la infanta Leonor de
Castilla. Venta que le fue confirmada a Pedro de Luna por el rey Pedro IV
el Ceremonioso, el cual comunicó el hecho a la comunidad de aldeas de
Huesa, “a los hombres de la universidad de Huesa” según se cita
textualmente. Don Pedro transfirió en 1346 a su sobrino
carnal Lope de Luna todas sus posesiones por lo que Huesa y sus aldeas
quedó en sus manos. Algo ocurrió entre el rey y Lope, ya que el primero le
tenía retenido el documento o carta de venta de Huesa, pero en
1347
el rey ordenó a Pedro de Muntanyana que se ocupase de dar la posesión de la villa de nuevo al de Luna. La misma orden se cursó a los herederos de Blasco de Aysa para que restituyeran las escrituras de posesión del lugar de Huesa al noble Lope de Luna.
Por el
testamento de Lope de Luna, de fecha 10 de agosto de 1358
– el conde murió en 1360
– se dispuso que el señorío de Huesa lo heredara su hija Maria de Luna, que se convirtió en reina de Aragón al contraer matrimonio con Martín I el Humano. La reina María poseyó, además de el Honor de Huesa y entre otros lugares, las localidades de Lécera, Belchite, Almonacid de la Cuba, La Puebla de Albortón, Quinto, Matamala, Velilla y Gelsa.
En 1367
Aragón estaba repartido administrativamente en quince circunscripciones. La octava reunía: Montalbán y sus aldeas (Castel de Cabras, Adobas –hoy integrado a Castel- Palomar de Arroyos, Cuatro Dineros, Torre las Arcas, Utrillas, Escucha, La Peña del Cid, Oton, Peñasrroyas, El Algar, La Zoma, La Cueva, La Vega, Muresa y Coire); Huesa con las suyas, Obón, La Mezquitiella, tierras de Juan Ximenez, es decir: Estercuel, Gargallo y Cañizar; Alcaine y La Foz (La Hoz de la Vieja). Desconocemos qué aldeas tuvo o pudieron depender de La Foz, ya que las Comunidades de aldeas de Teruel, Obón era de señorío, Peñasrroyas de Montalbán y Josa, Cortes, Plou, Maicas y Segura eran del Común de Huesa.
En 1400, el 18 de diciembre , se efectuó un acto de Hermandad entre Huesa y sus aldeas y el lugar de Moneva sobre derechos de pastos, fogarizas, carboneo, abrevar, etcétera, unos en terrenos de los otros y viceversa. Los de Moneva podían, además, cortar maderos y hacer carbón para su uso “pero no para el extranjero”, bajo pena de multa.
La comarca fue un conjunto de tierras con una definida personalidad histórica ya que, en rasgos generales, constituyeron los antiguos Honor de Belchite y el Común de Huesa. Huesa mantiene la capitalidad del Común con 151 fuegos, Muniesa, que empezó siendo algo tan humilde como actualmente son las Ventas de Muniesa, había crecido de tal manera que en estas fechas es la población con mayor número de fuegos, 221, siguiéndole Blesa con 153, Segura junto con Salcedillo tiene 100; Anadón, 50; Plou 46, Cortes, 44; Josa, 35 y Maicas, 28.
El 1 de febrero de 1430
se produjo la confiscación por parte de Alfonso V de todos los castillos, villas y lugares que habían sido de Federico de Luna: Arándiga, Codees, Huesa, Segura, Muniesa, Blesa, Plou, Anadón, Josa, el castillo de Luna, el castillo de Erla, el de Sora y el Trasmoz, Ainzón, Luceni, Bureta, Plasencia, Bardallur, Turbena, Almonacid de la Cuba, Lécera, Belchite, Quinto, Matamala, Alforque, Gelsa, Velilla y La Puebla de Albortón. Los de la casa de Luna habian sido acérrimos partidarios del conde de Urgel y no aceptaron que, según el Compromiso de Caspe, se eligiera rey al castellano Fernando de Antequera y tampoco aceptaron a su sucesor Alfonso V. Los Luna tuvieron que exiliarse del reino de Aragón.
A partir de la confiscación de los bienes
de los Luna, parte de éstos, precisamente los que estudiamos, pasaron a la
familia Sandoval. En 1438
el rey Alfonso había donado a su secretario Juan Olzina la tierra de Termas en el reino de Sicilia, el cual había obtenido, al llegar la ocasión, un cambio equivalente en los reinos de Aragón o de Valencia o en el principado de Cataluña, y hecha la relación de que la villa y lugares todos de Huesa del Común, Muniesa, Blesa, Plou, Maicas, Anadón, Salcedillo y sus tenencias, y también Segura, en el reino de Aragón, por la reducción de Diego Gómez de Sandoval, conde de Castro, en gracia del rey de Castilla, habían sido devueltas a la corona real (a la aragonesa), el rey concede y entrega mediante instrumento de gracia los dichos castillos, villas, lugares y honores, si es que alli existen, con toda la jurisdicción, al dicho Juan Olzina por 34.000 florines de oro.
Un vecino de Blesa, vendía en
1457
a un mercader de Calatayud 97 libras y 11 onzas de azafrán. El precio medio de este producto venía a situarse entonces en torno a los 70 sueldos la libra, por lo que debió de tratarse de una venta por un valor aproximado de unos siete mil sueldos en cifras redondas y que confirma la tradición y antigüedad de ese cultivo en toda la comarca del Común de Huesa.
A finales del siglo XV con un censo de
fuegos según un documento titulado “Reparo del General” de los años
1489-1491, lo que nos permite, además,
una comparación con el censo que se mandó efectuar en
1495
. Entre las primeras fechas y esta última, los fogajes aparecen así: Anadón, con 42 y 32 fuegos respectivamente, Blesa, con 123 y 87, Cortes, con 34 y 35, Huesa, con 181 y 159, Josa, con 24 y 23, Maicas, con 20 y 14, Muniesa, con 190 y 128, Plou con 19 y 37, con 10 y 9, y Segura con 50 y 47.
Se
observa una disminución de vecinos en casi todas las aldeas, sensible en
Muniesa con 72 fuegos, en Blesa con 36 y en Huesa con 22, quizá debido a
las epidemias de peste de 1488 y a las de peste y langosta de
1495
, a excepción del apreciable aumento habido en Plou, suma 18 fuegos más y prácticamente dobla la
población, aumento que no se sabe a que atribuir, salvo que se trate de un
erro. Muniesa, Blesa y Huesa siguen siendo las localidades con más
vecinos. En la fecha de 1489 el Común aparece
perteneciendo a la sobrecollida de Montalbán, en cambio,
1495 , aparece perteneciendo a Daroca.
En
1519
aparece la venta de Huesa a Luis Sánchez, o sea, seguían siendo de señorío. El rey Carlos I hace mención de que había hecho donación a Luis Sánchez, con instrumento de gracia, de la comunidad de la Honor de Huesa y de la baronía de Segura, de tal manera que pudiese luir y redimir los lugares predichos. Hace la venta al mencionado Sánchez por el precio de diez mil ducados. Y se derogan las incorporaciones, uniones y pragmáticas de los reyes Juan II, Pedro IV, Juan I, Martín I, Alfonso V y otros predecesores. Por la serie de disposiciones que detalla el rey, la acción parece que puede definirse como el clásico “borrón y cuenta nueva”. Pero aun así, la comarca tardaría más de un siglo en llegar a la normalidad.
En el año 1527
se trató sobre las diferencias que había entre el Común de Huesa y la villa de Lécera sobre el término denominado Realenco.
Un censo de tributación y fogajes de los
años 1542 y 1547
nos da la siguiente situación de los pueblos del lugar:
- Huesa abonaba 3.498 sueldos y tenía 159 fuegos.
- Muniesa abonaba 2.816 sueldos y tenía 128 fuegos.
- Blesa abonaba 1.392 sueldos y tenía 87 fuegos.
- Segura abonaba 752 sueldos y tenía 47 fuegos.
- Plou abonaba 592 sueldos y tenía 37 fuegos.
- Anadón abonaba 512 sueldos y tenía 32 fuegos.
- Josa abonaba 368 sueldos y tenía 23 fuegos.
- Maicas abonaba 234 sueldos y tenía 14 fuegos.
En 1743 Huesa tributaba al arzobispado de Zaragoza los diezmos de los siguientes productos que, obviamente, eran los que más se recogían: trigo, cebada, avena, vino, cebollas, nueces, azafrán, corderos y pollos.
Según un estudio sobre el dos por ciento
de propios y arbitrios que se abonaba en 1769
, los pagos de esta zona estaban distribuidos así: Anadón, entregaba 46 reales de plata y 25 dineros; Blesa, 145 reales y nueve dineros; Cortes, 74 reales y dos dineros; Huesa, 160 reales y 17 dineros; Josa, 94 reales y 30 dineros; Plou, 61 reales y 25 dineros; Maicas, 25 reales y 3 dineros; Muniesa, 242 reales y 30 dineros; Salcedillo, 23 reales y 2 dineros; y Segura, 100 reales y 25 dineros. Sigue apareciendo Muniesa como la localidad mayor, perfilándose ya como cabecera de comarca, siguiéndole Huesa y Blesa.
INFORMACIÓN EXTRAIDA DE
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